Los amigos se ayudan entre
ellos y se comprenden. Hacen lo imposible el uno por el otro. Te dan la
mano. Te sonríen con sincero afecto cuando más lo necesitas. Te escuchan y
entienden lo que, quizá, no digas con palabras. Te quieren y te recuerdan
siempre en sus oraciones.
Un amigo siempre sabe qué hay que hacer. Puede
ahuyentar las nubes de tu día con sus palabras dulces y sabias. A veces
puede darnos la impresión que los verdaderos amigos tienen un idioma
propio, muy personal y secreto que solo púeden comprender los dos.
Un amigo sabe apoyarte, darte fuerza y sin duda alguna es capaz de iluminar
tu vida con su sonrisa. Un amigo comprende lo que sientes, lo que necesitas
y lo que quieres. Un
amigo sabe tus sueños más secrectos. Cuando tu alma rebosa de emociones y
necesitas expresarlas a alguien sin fingir ni mentir, las compartes con un
amigo. Cuando recibes buenas noticias deseas antes que nada compartirlas con un auténtico
amigo, pues siempre es el primero a quien llamas. Cuando te sientes mal, estás
asustado, deprimido o amargado, es tu amigo el único que trata de secar tus
lágrimas y robarte esa sonrisa que declara esperanza....
Los amigos te alientan con su
presencia, sin importar jamás cuan cerca o lejos están. Los verdaderos amigos no conocen las barreras más difíciles, pues pueden
vencer las barreras de la distancia y el tiempo... Un
amigo es un precioso regalo y un tesoro que todo el oro del mundo no puede
comprar.
Si cuentas con alguien a quien llamar amigo... ¡considérate sin dudarlo, como
alguien muy afortunado! . Los verdaderos amigos son escasos, no florecen en los
árboles y a veces parecen encontrarse en vías de extinción... Si
tienes un amigo, no olvides que debes conservarlo como uno de tus más
preciados tesoros
